Todos los días nos encontramos con tristes historias de personas que pierden la vida a causa de infartos, accidentes de tráfico u otras circunstancias imprevistas y abruptas. Estos incidentes nos llevan a pensar cómo nos las arreglaríamos si fuéramos nosotros los que nos enfrentáramos a tal desgracia. Las personas con familiares a cargo, sobre todo los miembros de la familia, suelen preocuparse por el futuro bienestar de sus seres queridos. En ausencia de un seguro de vida, los familiares supervivientes podrían encontrarse en una situación difícil y precaria. Existen nueve justificaciones de peso para contratar un seguro de vida, algunas de las cuales se exponen a continuación.
Deudas
Es fundamental que las personas con deudas importantes tengan en cuenta quién se encargará de saldarlas en caso de fallecimiento. De lo contrario, los miembros supervivientes de la familia tendrían que pagar la cuenta. Ya experimentarán dificultades debido a la ausencia de una fuente de ingresos, pero las deudas agravan estos problemas. Numerosos familiares del sustentador principal fallecido suelen acabar perdiendo sus casas o vehículos si no tenían seguro de vida.
Estilo de vida
Numerosos hogares tienen costumbres e intereses, pero pueden renunciar a ellos en caso de fallecimiento del sustentador principal sin un seguro de vida. Por ejemplo, las escapadas, las excursiones festivas, las afiliaciones a clubes deportivos y los recursos financieros para otros pasatiempos desaparecerán o se reducirán considerablemente.
Necesidades vitales
Cuando la mayoría de la gente piensa en seguros de vida, se olvida de temas como la universidad. La pérdida de la única fuente de ingresos, o incluso de una fuente de ingresos complementaria, puede repercutir en la cantidad ahorrada para los estudios superiores. El seguro de vida puede ofrecer fondos suficientes para cubrir esos déficits.
Estrés emocional
Es probable que los familiares supervivientes se enfrenten a noches de insomnio, presión y, potencialmente, sufran depresión. Muchas personas luchan por superar su depresión y buscan asesoramiento o medicación, lo que requiere tiempo y recursos económicos.
Cuestiones jurídicas
Tras el fallecimiento de una persona, hay múltiples asuntos legales que deben tenerse en cuenta. Las pertenencias de la persona fallecida pueden quedar atrapadas en procesos sucesorios, lo que provoca retrasos o riesgos potenciales. Para ayudar a gestionar los gastos y mantenerse durante este difícil momento, los supervivientes pueden recibir fondos exentos de impuestos a través de un seguro de vida.
Atención familiar
Cuando nuestros padres u otros familiares envejecen, es crucial tener en cuenta a las personas responsables de su cuidado. Con la desaparición de las prestaciones de jubilación y la baja calidad de las residencias de ancianos, hay que explorar opciones alternativas. Quienes se preparan para un seguro de vida también deben tomar medidas para mantener a sus padres ancianos en caso necesario.
Cuidado de niños
Tanto los cónyuges que trabajan como los que están en paro se enfrentan a dificultades a la hora de sufragar los gastos del cuidado de los hijos. En caso de fallecimiento de un cónyuge desempleado, el cónyuge trabajador tendría que ausentarse del trabajo o contratar a alguien para que cuidara de los hijos. Por otro lado, si fallece el cónyuge con empleo, habría que sustituir sus ingresos para mantener a los hijos. Es crucial tener en cuenta gastos como medicinas, atención sanitaria, ropa y supervisión periódica.
Recuerdo
Toda persona desea ser recordada póstumamente. Esta aspiración varía de una persona a otra. Ya se trate de hacer una contribución sustancial a una organización sin ánimo de lucro o simplemente de garantizar un apoyo adecuado a sus seres queridos, el seguro de vida es el método óptimo para lograr estos objetivos.
Lo inesperado
Tener un seguro de vida es crucial para ambos miembros de la pareja. Es posible que uno de los cónyuges contrate un seguro de vida dando por sentado que el otro velará por el bienestar de los hijos en caso de que él fallezca. Sin embargo, si el otro cónyuge también fallece poco después, esta situación podría crear importantes dificultades para los hijos y otros familiares cercanos.
Cualquiera que cumpla los requisitos para tener un seguro de vida debería invertir en él. Es mejor contratarlo a una edad más temprana o cuando la persona aún goza de buena salud. Las primas son pequeñas en comparación con los elevados costes que pagarán los supervivientes en caso de fallecimiento prematuro del principal generador de ingresos. Como nadie tiene garantizado el mañana, el mejor momento para empezar a comprar es ahora. Para saber más, consulte sus dudas con un agente.